Datos personales

Mi foto
18. Venezolana, escritora por pasión.

Vistas de página en total

26 enero, 2013

Quien eres "V"

-Desde cuando hay tantas personas en la universidad Christine?-
-La verdad no tengo idea si son realmente la mayoría estudiantes de aquí- Le respondí con un leve alivio al darme cuenta que no era solo yo la que se extraño por la enorme cantidad de personas que nos rodeaba de un instante a otro.
-Vamos al salón de Psicología- Menciono Natalie, era el único salón y materia que compartíamos este semestre y ya era la hora de entrar a la clases, así que fuimos con total rapidez.
Realmente entre en pánico pocas personas saben cuanto me afecta una multitud a mi alrededor y esta era la mas enorme que había presenciado, simplemente el hecho de tantas miradas hacia mi, me paralizan, me aterrorizan.
Cuando llegamos al salón yo aun sudaba frió Natalie sabia mi estado no era la única vez que me exaltaba  por la misma razón con ella a mi lado, me ofreció un poco de agua y nos sentamos, durante unos minutos nos preguntamos porque el salón estaba totalmente vacío.
-Cálmate nada te hará daño aquí- Me dijo con total franqueza.
 -Lo se amiga, no estoy así por eso, ni siquiera había recordado lo de anoche hace algunas horas; solo entro es desesperación y no siempre puedo controlarlo- Le respondo con lo que parecía mas bien un hilo de voz y mintiendo un poco, si recordé el incidente de anoche cada mirada en la multitud me recordaba los sofocantes ojos de ayer.
-Por lo que veo no tendremos clases, vamos a ver de que se trata todo esto- dijo en un intento de animarme a salir.
-No estoy segura de querer ir, si quieres ve tu yo me puedo quedar aquí, así no te asusto con mis ataques y te espero-
-Tu eres loca? A mi no me asustas, te conozco desde siempre, yo te ayudo con eso y siempre lo haré para nada me molesta hacerlo somos mejores amigas así que no me vengas con esa excusa tan tonta, ademas prefieres quedarte aquí completamente sola? A merced de cualquier daño? Digo después de las cosas extrañas que te han pasado yo no dudaría en irme, al contrario dudaría es en quedarme-.
Demonios! Natalie tenia tanta razón, no pensé en el hecho de si no salgo a la multitud, me quedo sola y vulnerable en el salón. 
-Vamos!, vamos antes de que cambie mi opinión y ya lo estoy pensando-.
Salimos y aun todo ese gentilicio conversando y riendo, yo empece a sentirme rara de nuevo cuando Natalie acepto el boletín que le entrego un compañero ( creo haberlo visto antes en alguna clase) e intercambiaron palabras que no alcance a oír porque todas las conversaciones ajenas retumbaban en mi cabeza a la vez y me aturdían. Reaccione con el leve empujón de mi amiga y me contó que todo el alboroto se debía a una convención de alumnos y profesores de muchas universidades cercanas a la nuestra y este año la reunión se llevaba a cabo aquí.
-Pero que tipo de convención es?- Le pregunte asombrada, jamas había escuchado de esas convenciones en dos años que llevaba estudiando ahí.
-Bueno mas que una convención es una convivencia entre alumnos y profesores de otras instituciones para una buena relación, nuevas interacciones y muchos cambios de opiniones entre todos para lograr un cambio positivo a cualquier problema sea común o no.
-Pero mira Natalie aquí en el folleto dice "Convención VI: Mejórate como alumno y ayuda como maestro".
-Si pero lo que te intento decir Christine es que en si es una especia de convención disfrazada, es algo menos estricto que ello, como una convivencia con otro nombre aunque no me termina de cuadrar una cosa-.
-¿Que nunca se ha hecho otra y dice que es la VI?- La interrumpí un poco alterada.
-Nooo! Bueno si-.
-Explícate, me confundes- mi mente se estaba nublando con tantos enredos.
-Yo iba a mencionar que para una convención (sea "Disfrazada" o no), se reparten muchos avisos semanas antes para anunciar a la población estudiantil pero, en ninguna de mis clases las ultimas semanas nadie siquiera menciono nada en absoluto ni entrego nada y ahora que me dices eso, tampoco oí que antes se realizara aunque sea una de las seis que ya se han llevado a cabo incluyendo esta, es muy extraño-.
-Exacto yo tampoco recibí ninguna información referente, ni mi clase hasta donde mis recuerdos llegan, bueno ya habrá tiempo para indagar mejor eso, si no vamos a tener clases vamonos no quiero seguir aquí tengo una sensación extraña-.
No seas tan aburrida quedémonos a conversar y conocer gente nueva con suerte nos burlaremos de algún estudiante que este fuera de lugar- se dirigió hacia a mi animándome.
-Pero es que de verdad mi ansiedad esta empeorando y no me siento cómoda  sigo con una extraña sensación que no me deja en paz- le respondí bajando la voz y un tanto preocupada.
-Míralo de esta manera, mientras mas te quedas, mas tu mente se siente obligada a bajar la guardia, no puedes estar a la defensiva siempre, tu mente va entrando en un aura cada vez mas soportable y así mas te relajas, menos te asustas, tu pánico va desapareciendo y así te controlas; como piensas superar algún día esto si jamas intentas evadir tus miedos? Vamos tu eres fuerte solo que no lo crees tu misma por el miedo que siempre te domina, confía, confía en ti, tanto como yo lo hago-.
Sus palabras tornaron en mi el efecto similar a despertar a un niño indefenso con un vaso de agua helada en una mañana, después de un sueño profundo; me dejaron fría e hicieron que entrara en razón para finalmente convencerme. No Puedo dejarme vencer por mis miedos siempre, esta vez no, esta vez las sensaciones y pensamientos oscuros deberían irse a un lado luego que los enfrente.
Recorrimos todo el campus, vimos mucha gente normal, rara y muy diferente, conversamos con gente nueva y dos horas después decidimos tomar un descanso para comer algo en alguna cafetería. Si mi querida amiga no pregunta mi estado ni como me siento, creo no poder darme cuenta de que realmente deje de estar en pánico y recordar hace cuanto tiempo no pude, solo se que por los momentos ese día fue la primera vez que me sentía plenamente cómoda ante una multitud sin importar cuanto tiempo me llevo superarlo. Calculamos que la cantidad de personas eran unas dos mil en todo el campus, realmente superior al de cualquier tipo convención  y mas aun la de una convención fantasma (así la denominamos nosotras mismas) ya que apareció sin aviso y de la nada.
Pasamos 4 horas dentro de la universidad y decidimos retirarnos, aunque la primera hora paso un tanto lenta las demás pasaron tan rápido como ninguna de las dos pudimos notarlo.
-Como que no podemos irnos? Ya hice todo lo que podía hacer aquí, es suficiente para mi!- Grito una chiquilla de primer año, lo supe por su agraciada y algo molesta expresión.
-Señorita, son ordenes del directoria del lugar, pronto se llevara a cabo la culminación de la convención, cálmese.
Le susurre a Natalie que prestara atención que al parecer nos tendríamos que quedar.
A pesar de que estábamos cansadas no nos costaría quedarnos hasta el final, y así presenciar el tipo de cierre que tendría pero, la chica cerca de la entrada seguía gritando y acaparo sobremanera nuestra atención  un chico o mejor dicho un hombre se le acerco por detrás y le intercambio unas palabras, lo que mas nos sorprendió fue el cambio repentino de humor de aquella chica, se volvió sumisa e indefensa y siguió al hombre detrás de algunos salones, me hizo recordar tanto al lobo que aguarda y caza a su presa para luego llevársela y disfrutar su cena a solas, el lobo con su pobre ovejita siendo tal victima, sin llorar ni pelear su vida, asumiendo su triste final. Se nos hizo imposible no seguir en extrema cautela a esos dos y me sentía tan feliz de por fin explorar algo muy extraño y no hacerlo sola, al menos comparándolo con mis últimos días y el hecho de que fuera natalie lo hacia perfecto, es el ser que mas me entiende en el mundo.
Al cruzar no había nadie, tomando en cuenta que caímos en la parte trasera de la universidad donde están los salones menos concurridos, un suspiro lento y jadeante dejo al silencio que nos acompaña.
-Me temo que los perdimos- le dije jadeando.
-Pero si hace un minuto estábamos a metros de ellos ¿como pudo ser?- Mi pobre amiga lucia tan confundida como yo.
-Vamos tenemos que seguir buscando-.
Así decidimos espiar cada salón, sin ningún éxito todos completa e inútilmente vacíos y oscuros.
~¿Que haces aquí?~
Espantada me aferro a Natalie.
-¿Que te pasa? estas palideciendo-.
-No escuchaste eso?- estaba completamente aterrada.
-Escuchar que? ¿Que escuchaste?- clavándome una mirada de total confusión.
-La misma voz de mis sueños, me acaba de preguntar, que carajos hago aquí-.
-No escuche nada lo juro-
-Es la misma voz Natalie, es la misma, si existe!- mi temor crecía a cada segundo que pasaba.
~Por su propio bien, Fuera de aquí YA!~
Natalie se asusto tanto como yo y comprendí que esta segunda vez ella como yo escuchamos la voz; oímos un grito cerca de nosotros y por mas que quisimos irnos, no pudimos. Algo simplemente nos detuvo y al intentar decirle a mi amiga que así me ocurrió en el sueño me hizo señas de hacer silencio e intentar ver que ocurría  Nos rodearon muchas sombras de un minuto a otro y con la suma oscuridad asechando no divisamos ni reconocimos ninguna sombra, estábamos en el piso.
"¿Que hacemos con estas?", "¿Jugamos o simplemente tomamos sus vidas?", "Creo que seria divertido confundirlas mas" Fueron unas de tantas palabras que intercambiaron mientras estábamos ahí en el piso, totalmente indefensas a merced de extrañas criaturas, al parecer aquel recuerdo de el lobo y la oveja volvía hacia mi pero, en este caso yo volvía a ser la oveja, mi amiga y yo a punto de ser llevadas a la otra vida, rompimos en llanto y no pudimos siquiera hablar; no se si porque realmente no me salían palabras o no quería decir ninguna, agonizamos como nunca.
Se me acerca uno y me toma de la mano, me domina levemente y me pregunta acerca de mi muñeca lastimada, yo no reacciono, me hala mas fuerte y yo con mi mente tan paralizada como mi cuerpo, sentía como mi amiga me veía esperando que luchara por mi vida y que hiciera algo pero, no lo hice; solo esperaba  que me quitara la vida, no había un poco de esperanza en mi.
A lo lejos siento una mirada familiar, levanto la mirada mientras quien me sostiene la muñeca examina como hacerme morir dolorosa y lentamente; observo acercarse poco a poco esa mirada familiar la misma del oscuro árbol ayer, demonios me quema , me duele, me consume. 
No he muerto o eso creo, me suelta la muñeca aquella sombra, las demás se agitan, siento movimientos bruscos, veo a Natalie por ultima vez y la mirada se acerco a nosotras, me desvanezco y caigo inconsciente.






No hay comentarios:

Publicar un comentario